Las declaraciones del presidente Obama (*) no tienen desperdicio alguno, constituyen una confesión del modo que ven los capitalistas esta imprevisible tormenta económico-política cernida sobre el mundo. Los políticos mundiales hablan a sus respectivas naciones con la mentira que mejor se adecue a la idiosincracia local, en un magnífico ejemplo tanto de la jerga nacional devenida culturalmente, como del perfeccionado y afinado cante del Trilero de turno para embaucar a sus víctimas. Las lecciones que se pueden deducir de estas confesiones en público hechas por el Sr. Obama, -cuestionado nacionalmente desde antes de ser elegido-, pueden considerarse dirigidas al planeta, se pueden entender como un aviso a navegantes tanto ricos como a las “clases medias” mundiales y caben considerarlas del siguiente modo.
-Están asustados y avisan de que la cosa puede ser mucho peor, (“…si todas quiebran al mismo tiempo… potencialmente una depresión"), pero que “el gobierno seguirá tomando medidas”, sugiere que “los políticos” continúan controlando esta situación económica, cuando todas las medidas tomadas hasta la fecha y todas las noticias según los mismos protagonistas, no han servido de nada, y cuando el nerviosismo la confusión o la pantomima están a la orden del día.
-Igual que su homólogo Zapatero, Barack Obama no previó la crisis, sin embargo, lo mismo que el “presidente por accidente”, también percibe “rayos de esperanza”, ¡qué casualidad o qué buena bola de cristal china!. En todo caso un rayo es algo poderoso pero minúsculo frente al negro y “aterrador” piélago terráqueo, y aunque sabido es que la esperanza se pierde al final, hasta eso han perdido los truhanes a la par que la vergüenza.
-La aseveración que "la economía está tan interconectada hoy día que todo sucede muy rápido. El declive ha sido muy rápido, pero la recuperación puede ser más rápida aún", es del todo correcta incluso políticamente, pero su última frase, referida a la rapidez de la “recuperación”, tiene diversas lecturas y los subsecuentes significados. Si “recuperar” se entiende como devolver el movimiento económico a las condiciones en que ha sido aniquilado, está completamente equivocado suponiéndole buena fe, y no hace falta demostrarlo, porque entre otros muchos, Paul Krugman, esa especie de Sumo Sacerdote de diseño y sabio en aritmética, lo dice a diario, y además cobrando por decirlo, porque no en balde el sistema que los capitalistas quieren resucitar y retener es el modelo impositivo que cobra a generaciones por el hecho de vivir, cuanto más por anunciar
Si conseguir inmediatamente la “recuperación” refiere a “recuperar” y retener el peso político de la burguesía y sus partidos políticos, su crédito social, sus instituciones nacionales e internacionales, sus discursos o sus soflamas a escala planetaria, está también en un craso error. No solamente están dando un espectáculo boxístico a todos los niveles, -como es lógico deducir cuando la cancha se rompe, en un sistema cuyo leit motiv es la competencia más feroz, la carrera más codiciosa, el robo más espectacular, el escándalo más ominoso…. Además, lo que se contempla en la vida política es la discusión entre unos buitres para obtener los despojos de países o ciudadanos a los que han estado esquilmando ilegalmente: cada uno en su coto local, autonómico, nacional, y todos juntos en el plano internacional. (Una caricatura macabra del mundo mundial lo tenemos en España con nuestra casposa Casta). Los capitalistas internacionales y sus políticos también hacen patente que no sirven para garantizar la producción mundial, ni su ordenamiento racional, ni tampoco las imprescindibles normas que la civilización exige actualmente a la historia.; todo lo cual evidencia de modo creciente ante todas las naciones, que los comandantes sociales capitalistas han fracasado estrepitosamente y que es necesario e inevitable un recambio con urgencia en el Estado Mayor del Planeta, proceso que operará por partes y tiempos de acuerdo con la naturaleza y problemas suscitados geográficamente.
-Sin embargo, si la recuperación está dirigida a que el conjunto más avanzado de las Naciones, puede disponer de sus recursos de manera inmediata, democrática, necesaria y justa, también el Sr. Obama acierta, pues efectivamente nunca en la historia se le ha presentado al ser humano una cosa tan fácil como hacer un nuevo programa para tanta tecnología satisfactoria de los intereses generales. Con una simple tecla, la humanidad podrá poner a su abasto toda la riqueza mundial repartida equitativamente junto a toda la felicidad personal que es posible en este siglo. Se trata además de un sistema operativo ya montado por la propia sociedad, sólo que su eficacia y resultados están programados para engrosar las cuentas corrientes a unos pocos de inútiles, parásitos, incapaces y en muchos casos psicópatas. Simplemente una cuestión de software porque la estructura está perfecta y aprovechable, aunque antes hay que desposeer del poder político y su botín, al Obama “global”.